El arsenal de pistolas y el plan para matar a un fiscal del clan Ale, acusado de secuestrar a Marita Verón

Adolfo Alé y su hermano Rubén, "La Chancha", podrían recibir más de 20 años de cárcel tras un extenso juicio en su contra con la UIF como querellante. Más de 70 armas y un sicario de confianza

Tiempo atrás, Adolfo Ángel Ale, «El Mono» – hermano de Rubén, «La Chancha» y el número dos del temido clan tucumano acusado por Susana  Trimarco de raptar y desaparecer a su hija Marita Verón– le envió un mensaje con un particular reproche a su abogado de confianza, Cergio Morfil, un pequeño pase de factura: «¿Te acordás cuando me avisaron que te tenían apretado a vos, a tu señora y a tu empleada en tu oficina? YO fui con un arsenal a defenderte a vos y a matarlos a todos los que estaban ahí, porque te querían matar», le espetó Ale al abogado Morfil. Que «El Mono» hablara de un arsenal no era un exageración: al arsenal, «El Mono» ciertamente lo tenía, en su casa o a su nombre, con las correspondientes inscripciones en el ex RENAR.

Ale, para empezar, tuvo 37 rifles y pistolas registradas a su nombre de acuerdo a informes del organismo regulador de armas entregados a la AFIP y la Unidad de Información Financiera, carabinas de repetición calibres .22 marcas Marlin y Mauser, escopetas Beretta calibre .12, pistolas semiautomáticas Glock y Beretta calibres .9 mm o .40, revólveres Taurus calibre .38. «El Mono» no se conformaba con uno solopodía tener hasta tres armas de la misma marca y calibre. Un allanamiento a la casa de Ale sobre la calle Rivadavia en San Miguel de Tucumán hecho en marzo de 2013 reveló otras 14 armas, pistolas semiautomáticas, carabinas, revólveres de calibres pesadosun .44, un .357. La amplia mayoría estaba registrada a nombre de terceros, cargada y lista para disparar, con municiones en la recámara.Las explicaciones de Ale no le resultaron satisfactorias a la Justicia tucumana. Dijo que eran «regalos de gente amiga», que «se las dejaban». Hoy, todas esas armas no le sirven de nada. Al contrario, son uno de los núcleos de la acusación en su contraque incluye a su hermano Rubén y a otros 14 imputados como María Jesús Rivero, su ex pareja. El juicio en su contra comenzó en el Tribunal Oral Federal de Tucumán en diciembre del año pasado, luego de que la UIF, querellante en su contra, enviara un fuerte requerimiento de elevación a juicio de más de 100 carillas.

Los delitos que le imputan al clan, investigado en una extensa causa bajo la firma del juez Fernando Poviña y donde también intervino la PROCELAC incluyen lesiones y amenazas, maniobras financieras de lavado, narcotráfico, cobros extorsivos, todo bajo el paraguas de, posiblemente, la asociación ilícita más poderosa que vio el interior del país. El número final de acuerdo a la UIF es sorprendente: casi 40 millones de pesos en maniobras financieras, con una larga lista de propiedades inmuebles, más de 100 vehículos entre autos y camiones. 

Los alegatos a cargo de la UIF ya comenzaron: fuentes cercanas al proceso estiman un pedido de pena de más de 20 años para «El Mono» y «La Chancha». La UIF, por su parte, exigirá que las armas sean restituídas al Estado junto a más de 1,5 millones de pesos en efectivo, 80 vehículos embargados y 46 inmuebles entre casas, departamentos y campos. Los jueces Alicia María Noli, Domingo José Batule y Gabriel Eduardo Casas, curiosamente, decidieron que los imputados lleguen libres a los alegatos ya que no existía, en sus cálculos, riesgo de fuga.

Es algo cómico, en el fondo: el poder detentado por los Alé llevó a apretones de manos entre «La Chancha» y José Alperovicha que el jefe de la familia se convierta a fines de la década pasada en presidente del club San Martín. Las armas, eventualmente, desfilaron ante los tres jueces del TOF tucumano. El 26 de julio, las querellas decidieron presentarlas: más de 70 piezas, con un valor estimado de 400 mil pesos.