Desclasifican los informes secretos sobre el asesinato de John F.Kennedy

Los documentos, guardados en los Archivos Nacionales, recogen investigaciones de la CIA y el FBI sobre el magnicidio

Desde que el viernes 22 de noviembre de 1963 el trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, fuera asesinado en Dallas (Texas), la historia no ha dejado de intentar cerrar uno de los capítulos más convulsos del siglo XX americano. En la foto, el presidente John F. Kennedy, la primera dama Jacqueline Kennedy, y el gobernador de Texas John Connally, el día del asesinato.

Ahora, 54 años después, se va a enfrentar a otra prueba de fuego con la decisión de Donald Trump de hacer públicos los 3.100 informes que aún permanecían secretos.

Son millones de páginas, en su mayoría de la CIA y el FBI, que si se permite su difusión completa van a ahondar la reconstrucción del magnicidio que hizo temblar al mundo. Pero también alimentarán las teorías conspirativas que desde el primer momento han enturbiado este caso.

El presidente John F. Kennedy se desploma en el asiento trasero de la limusina presidencial tras recibir un disparo mortal. El vehículo circulaba por Elm Street poco antes de llegar al paso elevado de Stemmons Freeway. La Sra. Jacqueline Kennedy se inclina sobre el presidente mientras Clinton Hill, que también recibió un disparo, viaja en la parte trasera del automóvil.

Guardados en los Archivos Nacionales, los documentos están listos para su salida. Desde hace meses, un equipo de expertos con autorización especial ha estado preparándolos. Una comisión independiente, liderada por el presidente del Tribunal Supremo, Earl Warren, estableció en su día que todo fue obra de Lee Harvey Oswald y que no hubo conspiración alguna. Esta conclusión ha sido puesta en duda durante décadas. Frente a la teoría oficial del asesino solitario, han florecido todo tipo de hipótesis en las que el poder, la mafia y las titánicas fuerzas liberadas por la Guerra Fría se daban la mano.

Entre los papeles que más interés despertarán figuran los informes sobre el enigmático viaje del asesino Lee Harvey Oswald a México antes del magnicidio. Lee Harvey cruzó la frontera sur el 26 de septiembre de 1963 con la intención de conseguir un visado con destino final a la Unión Soviética alegando su afinidad a la causa comunista.

El 3 de octubre, Lee Harvey Oswald regresó a Estados Unidos. Pero su entrada en las legaciones diplomáticas de las potencias enemigas no pasó inadvertida por los servicios de inteligencia americanos. Y supuestamente quedó registrada en informes que ahora verán la luz. Otros documentos dejarán expuestos con nombre y apellidos a fuentes oficiales, políticos e incluso agencias de espionaje extranjeras que en su día prestaron ayuda a cambio de anonimato. El propio Trump en su anuncio por Twitter deja la puerta abierta a ciertas restricciones.