Tres años de suspensión para el tenista argentino Nicolás Kicker por arreglo de partidos


Nicolás Kicker
(actual número 100 de ATP) fue sancionado con dureza: la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) lo suspendió por tres años (la pena original era de seis, pero se suspendió la mitad del período sobre la base de que el jugador no cometa más infracciones del Programa Anti-Corrupción) y lo multó con US$ 25.000 al ser declarado culpable por arreglar un partido en el Challenger en Padua, Italia, en junio de 2015, y otro match en el Challenger en Barranquilla, Colombia, en septiembre de esa misma temporada.

El jugador nacido hace 25 años en Merlo insiste en que es inocente e intentará, junto con sus abogados, que le reduzcan la pena. Recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) es una opción, aunque la principal alternativa que maneja Kicker es tener «buen comportamiento» y lograr que el castigo finalice en diciembre de 2019 (para esa época, el jugador, nacido el 16 de agosto de 1992, tendría 27 años) y no en 2021 (la sanción de la TIU se toma a partir del 24 de mayo pasado).

El tenista que en junio de 2017 alcanzó su mejor posición (78° del ranking), fue apartado del circuito, no se le otorgarán credenciales y no podrá asistir a ningún club donde se disputen torneos profesionales, ni siquiera donde se jueguen interclubes europeos. Según conocieron los medios, a Kicker le informaron que teniendo buen comportamiento (NdR: no romper las reglas impuestas por la TIU, cooperar con todo lo que le pregunten las autoridades, informar sobre personas involucradas en casos de corrupción, arreglo de partidos o apuestas ilegales en el tenis) podría llegar a solicitar, recién en mayo de 2019, la reducción de su suspensión. Eso no significa que luego se la disminuyan, claro.

Lógicamente, el jugador que debutó este año en el equipo nacional de Copa Davis ante Chile en San Juan y que en 2015 era entrenado por Juan Pablo Polaco Brzezicki, está golpeado anímicamente, tratando de sostenerse en su pequeño hijo (Bastian) y en el resto de su familia. Hace unos días, luego de regresar de París (no le permitieron jugar el cuadro principal de Roland Garros), volvió a entrenarse. Sabe que todo el período que dure el castigo será muy complejo, pero confía en que éste no será el final de su carrera. Ricardo Kicker, padre del jugador, es profesor de tenis de toda la vida en el club Kicker Klub Haus, en Merlo, y quiere que su hijo esté diariamente allí ayudándolo con distintos proyectos, como para mantenerse ocupado mentalmente y en actividad en el deporte.

Kicker, de la camada 1992, la misma que Diego Schwartzman, Renzo Olivo, Andrea Collarini, Facundo Argüello y Federico Coria, entre otros, logró ingresar en el top 100 en febrero de 2017 y su carrera fue de la mano con la austeridad y las limitaciones económicas. Según los registros de la ATP, ganó US$ 840.342 en premios oficiales de single y dobles, aunque la mayor parte la logró en los últimos tiempos. No tiene, como se dice popularmente, la vida solucionada desde lo económico y necesitará seguir trabajando.

Uno de los partidos que le cuestionan a Kicker es el que jugó en Barranquilla en 2015, por la primera rueda, ante el ecuatoriano Giovanni Lapentti. Kicker ganó 6-2 el primer set, pero terminó perdiendo el segundo y tercer parcial (6-2 y 7-5). Durante el partido hubo movimientos fuera de lo común en distintas casas de apuestas, con un tránsito de 700.000 euros, una cifra extraordinaria para un partido de esa categoría del tour. Después del partido, el argentino fue insultado y amenazado por las redes sociales; lo acusaron de haberse dejado ganar. Antes del partido, Kicker pagaba 1,53 por cada dólar apostado (con una probabilidad implícita de alrededor del 65% de ganar el match), pero curiosamente en el segundo set y pese a que ya había ganado el primero, el argentino bajó su porcentaje de favoritismo y pasó a pagar 3,3 por cada billete estadounidense.

En una entrevista con un  medio argentino, en octubre de 2015, Kicker habló sobre aquel partido en Colombia: «Lamentablemente pasa seguido. En el tenis, hasta el último punto no sabés quién va a ganar, les pasa a los mejores. En Barranquilla me pasó que el otro se enchufó y perdí. Cuando terminé el partido encendí el teléfono y tenía un montón de mensajes por Twitter y hasta de un amigo preguntándome qué había pasado. Lo tomé con gracia, me reí. Barbaridades de este tipo siempre nos mandan por Internet y, aunque es difícil no hacerse mala sangre, trato de hacerlo. No se entienden algunas cosas: la ATP lucha contra las apuestas, pero tiene torneos auspiciados por casas de apuestas. Pero bueno, hay que convivir con eso. Así es el tenis. Muy difícil».

El otro partido de Kicker sospechado por la TIU (organismo que nació en 2008 para tratar de combatir la corrupción en el tenis) se produjo antes del de Barranquilla, en Padova. El argentino perdió rápido 6-1 y 6-2 ante el coreano Duckhee Lee, en 1h03m.