En plena tensión con Occidente,una clara reelección fortalece a Putin

 Con el 76% de los votos, el presidente ruso, Vladimir Putin , obtuvo ayer una aplastante victoria electoral , que le permitirá seguir gobernando el país más vasto del mundo por otros seis años, hasta 2024.

«Veo en estos resultados el reconocimiento de que se hicieron muchas cosas en condiciones muy difíciles», dijo ayer con visible exaltación frente a decenas de miles de admiradores que inundaron la célebre Plaza Roja de Moscú, a pesar del frío glacial. «Es muy importante que conservemos esta unidad, tan necesaria para avanzar», agregó, mientras los militantes repetían a coro: «Tomamos la buena decisión».

Durante su campaña, Putin había prometido aumentar las defensas de Rusia contra Occidente y, sobre todo, elevar el nivel de vida de la población. A los 65 años y después de 18 en el poder, Vladimir Putin obtuvo el 76%, con la mitad de los votos escrutados. Apoyado por la televisión estatal, el partido de gobierno y una campaña de comunicación que le otorgaba un 80% de opiniones favorables, su victoria nunca fue tema de discusión.

Para estos comicios sin ningún suspenso, el líder del Kremlin hizo de la movilización su principal objetivo. Un desafío ampliamente ganado, a juzgar por las cifras de la Comisión Electoral, que daba una participación de 51,9%, cuatro horas antes del cierre de las oficinas de votación. De confirmarse, ese porcentaje sería aún más alto que el de las elecciones presidenciales de 2012, que marcaron su regreso al Kremlin tras cuatro años ocupando el puesto de primer ministro.

Su principal adversario, Alexei Navalny, excluido de las elecciones después de haber sido declarado inelegible por la Justicia, denunció ayer no solo las cifras de la participación, sino los resultados, «inflados gracias a un fraude masivo».

Navalny compartió en las redes sociales numerosos videos que muestran fraudes en los locales de voto. Sin demasiado éxito, también había llamado a los rusos a boicotear los comicios y enviado unos 33.000 observadores a los sitios de votación. Por su parte, Ksenia Sobchak pidió por el contrario a los electores que se presentaran a las urnas: «Mientras más alto sea el resultado a favor de Putin, más duro será el sistema», declaró.

Criticado por algunos por el retroceso de las libertades individuales, Putin -que al término de este nuevo mandato, con 71 años, habrá pasado un cuarto de siglo en el poder- es aclamado por la mayoría por haberle devuelto la estabilidad al país tras los difíciles años 1990.

«Fue con Putin que pudimos comenzar a vivir una vida normal. El aislamiento de Rusia no es grave. Es incluso benéfico para el mercado económico interno», afirma Andrei Zamarti, profesor universitario de Economía.

Consciente de que todos se preguntan si piensa volver a presentar su candidatura en 2024, ayer utilizó la ironía: «Lo que usted dice es idiota. ¿Qué? ¿Acaso me voy a quedar en el Kremlin durante 100 años?», respondió a un periodista.

 Simbólicamente, los comicios en los que había 107 millones de electores inscriptos se realizaron exactamente cuatro años después de la anexión de la península de Crimea, una iniciativa que transformó a Putin en una suerte de héroe nacional en su país, pero envenenó las relaciones del Kremlin con Estados Unidos y Europa.

Las elecciones también se realizaron en un contexto de extrema tensión entre Moscú y Occidente, tras el envenenamiento del exagente doble ruso Sergei Skripal y su hija en Gran Bretaña, y la muerte de Nikolai Glushkov, hallado el lunes pasado estrangulado en su residencia de Londres. Durante los escasos minutos que consagró a la prensa anoche, después de su discurso, Putin calificó las acusaciones británicas sobre el envenenamiento de Skripal de «sin sentido». Si la sustancia utilizada hubiera sido realmente un agente de tipo militar «hubiese matado en el acto a todos los presentes», precisó.

Para sus seguidores, convencidos de que esos episodios fueron una manipulación occidental para desestabilizar las elecciones, los resultados de ayer representan una venganza contra Washington y Europa.

«Creo que en Estados Unidos y en Gran Bretaña hoy comprendieron que no pueden influenciar nuestras elecciones», declaró a la televisión el senador oficialista Igor Morozov.

Valentina Matviyenko, allegada a Putin y presidenta del Senado, calificó los resultados de «victoria moral» contra Occidente.