Un centenar de migrantes tratan de saltar a la fuerza la valla fronteriza entre México y EE UU

Un centenar de centroamericanos de la caravana migrante ha intentado este domingo en Tijuana saltar la valla fronteriza que separa a México y Estados Unidos en medio de empujones y con mujeres que llevaban incluso a sus niños, sin que la policía local pudiera contener a la multitud. Las imágenes difundidas por la cadena de televisión Milenio mostraban al grupo de migrantes traspasar una valla por debajo y llegar hasta el muro. La patrulla fronteriza estadounidense, la Border Patrol, ha replegado al grupo desde el otro lado con gases lacrimógenos.

En la mañana de este domingo, al menos 500 migrantes participaron en una manifestación organizada desde el albergue Benito Juárez, en el que están unos 5.000 centroamericanos. Un grupo importante de ellos se separó de la marcha y se lanzó, sin éxito, hacia la línea fronteriza de Estados Unidos. En el puente peatonal de El Chaparral, situado a por lo menos tres kilómetros de distancia de Estados Unidos, los centroamericanos rompieron filas y empezaron a correr con rumbo al canal del río Tijuana, muy cercano a la garita de San Ysidro, tomando por sorpresa a los agentes federales. «Lo que hacemos es entretener. En otro punto hay otro grupo intentando cruzar», comentaba uno de los migrantes que pretendieron cruzar el muro a Milenio.

En la manifestación, los migrantes improvisaron pancartas con mantas en las que dibujaron las banderas de México, Honduras y Estados Unidos, otros escribieron lemas como: «Todos somos hermanos», «Gracias México por albergar a nuestros hijos», «Trump no somos tus enemigos». El presidente estadounidense había advertido que usarían fuerza «letal» sobre quienes trataran de cruzar de manera ilegal y por la fuerza.

Helicópteros estadounidenses seguían desde el cielo los movimientos del albergue, localizado muy cerca de la valla que separa a Tijuana de San Diego, California. Y detrás del muro se observó el amplio despliegue de la patrulla fronteriza dispuesta a evitar que el grupo logre cruzar. El servicio de aduanas de Estados Unidos ha cerrado el tráfico de vehículos y de personas a través San Ysidro, la garita más grande de esa frontera.

Esta estrecha vigilancia es parte del dispositivo de seguridad ordenado por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien acusa a los centroamericanos de pretender invadir Estados Unidos después de cruzar México en una gigantesca caravana. La paciencia de los centroamericanos, en su gran mayoría hondureños, llega a su límite al darse cuenta de que podrían pasar meses para que puedan cruzar la frontera para solicitar refugio. La mayoría de los migrantes se han replegado y han comenzado a abandonar la zona, de acuerdo con la prensa mexicana.

Alrededor de unos 5.000 migrantes ya han llegado a Tijuana en las últimas dos semanas y se calcula que puedan sumar 9.000 personas en los próximos días, de acuerdo con la mayoría de las estimaciones. La llegada masiva de centroamericanos ha dividido opiniones en la ciudad fronteriza. Hubo la semana pasada una manifestación en contra de la caravana con tintes xenófobos y el alcalde, Juan Manuel Gastélum, llamó antes “bola de vagos y mariguanos” a algunos de los migrantes de la caravana, aunque después matizó sus declaraciones.

«No permitiré que nuestra relación bilateral sea fracturada por el mal hacer de la caravana migrante, están haciendo las cosas fuera de la ley», ha señalado Gastélum, en respuesta a las imágenes que se han producido en la frontera. «Sería inteligente si México detuviera las caravanas antes de que llegaran a la frontera o si los países de los que salen no los dejaran formarse», ha reclamado este domingo Trump en su cuenta de Twitter. La Administración de Andrés Manuel López Obrador, que asume el poder en México el próximo 1 de diciembre, negocia un plan migratorio con sus próximos homólogos estadounidenses para gestionar la crisis migratoria e incentivar las inversiones en el sur de México y aumente las ayudas para Centroamérica.