El presidente de Brasil, Michel Temer, revocó este jueves el decreto por el cual había autorizado el miércoles la intervención de las Fuerzas Armadas para cumplir funciones de seguridad pública en Brasilia luego de que manifestaciones a favor de su renuncia terminaran con ocho ministerios destrozados, dos de ellos incendiados.
La decisión fue publicada en una edición extraordinaria del Diario Oficial de la Unión, el boletín oficial de Brasil, que explica que ya no es necesaria la presencia de tropas en las calles porque cesaron «los actos de depredación y de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden».
En declaraciones a periodistas conocida la decisión, el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, dijo que «ningún incidente ocurrió entre Fuerzas Armadas y manifestantes» y que «la gobernabilidad no fue afectada» con la decisión.
La anulación se produjo en el marco de una ola de críticas tanto del oficialismo como de la oposición, en otro momento de crisis de su gobierno, que lo encuentra en una situación delicada para mantenerse en el cargo, luego de haber sido grabado pidiendo a un empresario que siguiera pagando sobornos.
«Les traigo un mensaje del presidente Temer. Quiero decirles que no hay democracia sin orden, la orden es base esencial para la democracia. Dentro de la constitución todo, fuera de la Constitución nada», dijo el ministro de Defensa.
El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, afirmó que las Fuerzas Armadas tenían la orden de actuar en forma «defensiva» de personas y el patrimonio público sin participar de la represión del delito.
El ministro de Seguridad Institucional, Sergio Etchegoyen, dijo que la decisión de desplegar el Ejército fue tomada debido a la «insuficiencia» de policías de Brasilia, que se encargan de la seguridad pública.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, había reclamado el uso de la Fuerza Nacional, una policía de elite nacional, pero Temer decidió aplicar rápidamente el uso de los militares, contó Jungmann.
«Quedó claro que el desorden no será tolerado, será reprimido con la ley», agregó.
Un escenario de guerra formaba parte hoy de la soleada Brasilia: vidrios, computadoras por el piso, muebles quemados y vidrios por el suelo en ocho ministerios de la capital brasileña.
Brasilia y la militarización
La ciudad amaneció con 1.500 soldados del Ejército custodiando los edificios públicos de Brasilia. Una fila de escudos transparentes con la palabra «Exercito» formaba parte de un escenario anormal en la capital federal brasileña.
Durante la madrugada, el acceso a los ministerios, entre ellos la cancillería, el Palacio de Itamaraty, estuvo cerrado al tránsito a raíz del operativo realizado por el Ejército.
Camiones transportando soldados recorrían la Explanada de los Ministerios durante la madrugada.
Los brasilienses despertaron asombrados con la destrucción sobre todo en el Ministerio de Agricultura y de Cultura.
«Estoy yendo a trabajar y ya me avisaron que el sector donde trabajo fue destruido», dijo a Télam Valdir, un empleado del Ministerio de Planificación, Presupuesto y Gestión que se dirigía a trabajar.
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Al menos 7 personas fueron detenidas, 49 fueron detenidas y una investigación fue abierta luego de que la TV Globo filmara, durante la represión del miércoles, a dos policías de Brasilia disparando con revólveres contra los manifestantes.