«Una vez más, con estas afirmaciones repetitivas e infundadas sobre Irán, el presidente americano (…) intentó animar los países de la región a comprar más armas propagando la iranofobia», declaró el portavoz de la cancillería iraní, Bahram Qassemi.
Las palabras del vocero se producen un día después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, culminara su visita a Arabia Saudita -donde firmó acuerdos de venta de armas por casi 110.000 millones de dólares- con un duro mensaje a Teherán e instara a los líderes árabes e islámicos a unirse para «derrotar a los milicianos islamistas».
El republicano dijo que Irán durante décadas ha «fomentado los fuegos del conflicto y los terrores sectarios».
Según Qassemi, Washington está «dando fuerzas nuevas a los terroristas en la región con sus políticas hostiles» y «debería dejar de vender armas a peligrosos terroristas».
El portavoz iraní sostuvo que Washington y sus aliados «deberían saber que Irán es un país democrático, estable y poderoso» y que ha promovido «la paz, la buena vecindad y la creación de un mundo opuesto a la violencia y el extremismo».
Poco antes, en un mensaje de Twitter, el gobierno iraní había optado por el sarcasmo para rechazar los ataques verbales del Trump, y del Rey Salman bin Abdelaziz al Saud durante la cumbre islámico-estadounidense de ayer en Riad, donde el monarca acusó a Teherán de ser «la punta de lanza» del terrorismo en la región.
«Justamente en el bastión de la democracia y de la moderación (por Arabia Saudita), el presidente estadounidense ataca a Irán poco después de unas elecciones democráticas», escribió el canciller Mohamad Yavad Zarif, en la red social Twitter, en alusión a los comicios presidenciales del viernes en Irán, informaron las agencias de noticias EFE y DPA.
«Nosotros obtenemos nuestra estabilidad no de coaliciones (con potencias mundiales), sino de nuestro pueblo, que a diferencia de muchos, vota», escribió Zarif, contrastando la realidad política de su país donde el pasado viernes se celebraron elecciones, con la de Arabia Saudita, el país ultraconservador cuyo régimen es una monarquía absoluta hereditaria.
Irán, que reeligió al actual presidente moderado, Hasan Rohani, está enfrentado a Riad indirectamente en varios conflictos en Medio Oriente, sobre todo en Yemen y Siria. En ambos casos, Washington apoya a los sauditas.
Sin embargo, las fuerzas estadounidenses y las iraníes apoyan al Gobierno iraquí contra la milicia radical Estado Islámico (EI), de ideología extremista inspirada en la visión wahabita del sunnismo, que es oficial en Arabia Saudita, donde hay policía religiosa y pena de muerte por «brujería».