Sintonía fina a los dólares y la inflación

El Gobierno toma medidas para preservar las reservas y estabilizar precios. Restringirán importaciones especulativas que algunas firmas usaron para dolarizarse. En paralelo, el BCRA subirá la tasa de interés y habrá nuevo Presupuesto.

En el aire sobrevuela una frase que era un secreto a voces y adquiere, hoy, algo más de significado. «Hay un festival de importaciones», refirió hace unas semanas la vicepresidenta, Cristina Fernández, en el acto de los 100 años de YPF en Técnópolis. Aunque con una demora importante dado que las Reservas del Banco Central (BCRA) penan por el goteo constante, el Gobierno parece haber recogido el guante y tomó la decisión de modificar políticamente el esquema de pago y autorización de importaciones que dependía del Ministerio de Desarrollo Productivo, por entonces a cargo de Matías Kulfas. Eso, tal como adelantaron el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el flamante titular de Producción, Daniel Scioli, se verá reflejado en medidas que se conocerán en los próximos días y que apuntan a un mayor control a gastos en divisas innecesarios por importaciones que no tenían otra razón de ser que ser el vehículo de procesos de dolarización de fondos. En paralelo, también habrá hoy decisiones que apuntan a equilibrar la inflación, entre ellas una suba de la tasa de interés, en línea con una política que vienen tomando otros países ante un proceso inflacionario de carácter global. 

Si bien las decisiones generales de administración del comercio son mandatos de la cabeza del Estado y el BCRA era y es el encargado de pagarlas y, en todo caso, avisar hasta dónde se puede, el que habilita o no según criterios es la cartera productiva. Scioli, que hace unos quince días viene articulando con el ministro de Economía, Martín Guzmán, tendrá una dinámica de juego político propio, pero la decisión del Presidente es que Guzmán -guste más o menos dentro del Frente de Todos- usufructúe esta especie de suma del poder que se le otorgó con los cambios de gabinete recientes, para marcar la línea tanto en materia de gasto de dólares como en lo que refiere al combate a la inflación. Porque si bien es cierto que las Licencias No Automáticas, que seleccionan qué se importa, las manejaba Kulfas, no menos cierto es que Guzmán fue siempre un alter ego presidencial. Ergo, no estaba ajeno de la dilapidación de divisas sin monitorear el detalle fino de las importaciones. En la nueva dinámica, Guzmán es el jefe de un barco que depende, en todos los frentes, de su pericia para atravesar la coyuntura, que es interna y externa y que le ponen plazos de evaluación casi mensuales. 

Aquella crítica de CFK fue, tomando distancia, el diagnóstico más directo y la crítica más dura al modelo económico. Tanto que se espera que en las próximas horas, según confirmaron a Página I12 fuentes oficiales, se refuercen y replanteen controles a las importaciones, dado que se encontraron una serie de cuestiones llamativas. «Vamos a afinar prioridades», dijo Scioli luego de asumir funciones, y aseguró que las divisas para producir estarán. Algunos ejemplos de raras entregas de dólares: empresas que, sin otra razón que dolarizarse, importaban con mucha anticipación insumos industriales, que con anterioridad traían de manera periodica. Y otro tanto que habían tomado la costumbre de importar productos terminados en exceso. El caso de los textiles es uno de ellos, algo que la propia industria nacional venía denunciando. Todos esos factores, además, habían generado un fuerte debate a la interna del Gobierno, dado que terminaban pegando en precios. 

El de los productos textiles y muchos alimentos y bebidas es el emblema. Mientras el Estado pagaba importaciones con dólares escasos -en medio del acuerdo con el Fondo Monetario y cientos de millones en divisas ingresadas por la agroindustria- esos mismos sectores no retribuían con estabilización de precios internos. La tormenta perfecta. El último que advirtió de este fenómeno fue el ex secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, que en una reunión privada le dijo a Guzmán que si no se restringían algunas importaciones, el problema a futuro sería serio ante una macroeconomía que no camina por terreno sólido. 

Los números actuales que manejan en el Gobierno muestran que, en una economía con niveles de actividad fuertes en materia productiva, las importaciones que paga el BCRA son récord. De hecho, en mayo último, hubo importaciones más de 7800 millones de dólares, bastante por encima de la marca récord de agosto del año 2011

Este tipo de controles a importados antes mencionados irán de la mano, según explican en el Gobierno, de otras decisiones ya tomadas que apuntan a fomentar el ingreso de dólares genuinos, como las retenciones móviles a las exportaciones mineras y las decisiones sobre el sector de la economía del conocimiento. En la Casa Rosada aclararon que este concepto de cuidar más las divisas no incluye la posibilidad de endurecimiento de cepo cambiario ni modificaciones en las compras con tarjeta. 

De este modo, con la cuestión de los dólares conectada con la inflación, se espera que hoy haya dos medidas que están relacionadas con la estabilización de las variables. La primera, un alza en la tasa de interés por parte del Banco Central. Esto intenta sacar del dólar a capitales tentados por una tasa de interés positiva en instrumentos en pesos,  con el consecuente riesgo de empezar a frenar la economía. Son muchos los países que están tomando esa determinación como contragolpe a la inflación. Uno de ellos, el propio Estados Unidos, que vía la Reserva Federal subió la tasa 75 puntos básicos, y avisó que en julio podría haber otros retoques. En esa línea, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, dijo luego de aprobarse el alivio fiscal para monotributistas y autónomos, que el Gobierno dará a conocer, además, otras medidas que apuntan a organizar el escenario de los precios. 

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