Pericia de Gendarmería: asesinato de Nisman complica a Cristina, Milani y Lagomarsino

Crsitina Kirchner había sido denunciada por Nisman en la causa AMIA, Milani controlaba al fiscal y el técnico informático entregó el arma que usaron los sicarios. La justicia reúne evidencia para esclarecer los hechos.

La pericia oficial a cargo de la Gendarmería Nacional que demuestra que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado, pone a Cristina Fernández, César Milani y Diego Lagomarsino en el ojo de la tormenta y los identifica claramente como piezas fundamentales en la investigación que procura encontrar a los asesinos del fiscal federal.

 

Cristina Kirchner había sido denunciada oportunamente por el fiscal Nisman como directa encubridora de los terroristas de la AMIA, Milani (ex jefe del Ejército argentino) contralaba directamente al fiscal desde la jefatura del Ejército y Lagomarsino (cercano al fiscal asesinado) entregó la pistola Bersa 22 que utilizaron los sicarios que se encargaron del crimen.

 

La investigación será larga, muy extensa, pero en su debido momento la ex presidente de la Nación, el teniente general y el técnico informático se verán obligados a dar declaración frente al juez Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano para explicar debidamente qué saben efectivamente sobre la ejecución de Alberto Nisman.

 

La denuncia de Nisman aseguraba que la ex presidente de la Nación había firmado el Memo con Irán para garantizar la impunidad de los terroristas de la AMIA, a cambio de un negocio millonario vinculado al comercio de petróleo y de granos.

 

Nisman fue brutalmente asesinado al poco tiempo de hacer efectiva la denuncia, luego de sufrir y ser blanco de una persecución mediática y política coordinada desde la presidencia de Cristina y ejecutada desde los medios de comunicación públicos y privados que respondían a la Casa Rosada.

 

Hasta el momento de la denuncia, pese a que perseguía a los autores del ataque a la AMIA, el fiscal muerto jamás había recibido una sola agresión física realizada por imputados locales o iraníes.

 

Sin embargo, hay un gran inconveniente en esta causa: muchas pruebas fueron alteradas y destruidas, mientras los amigos, socios y empleados de Cristina aseguraban que Nisman se había suicidado.