“Para la CPE todos somos iguales”

HUBO UN TIEMPO EN QUE MORIRSE NO ERA GRATIS

En algunos lugares del país -en una gran mayoría podría afirmarse- el servicio funerario, la muerte de una persona, puede significar hipotecar por varios años el futuro de una familia, dado los costos que no siempre pueden ser afrontados por los deudos. En nuestra provincia el hecho de que la CPE Santa Rosa se haya hecho cargo hace ya varios años de la prestación llevó a que, en esas circunstancias al menos, todos seamos iguales.
Se recordará que años atrás los sepelios se llevaban a cabo en los domicilios, con toda la pompa mortuoria aportada por alguna empresa dedicada a ese fin. Eran momentos en que había distintos tipos de servicio -obviamente dependiendo del precio-, y la carga pecuniaria debía ser afrontada por los familiares de la persona fallecida. Luego vendrían las salas velatorias -aportadas por las mismas empresas-, pero el costo en algunos casos resultaba sumamente difícil de afrontar por los deudos; salvo que se tratara de una familia más o menos acomodada.

Sepelios carísimos.
Pero no sólo eso, sino que también se ponían a disposición distintas “calidades” de la prestación que daban las empresas. Había servicios más humildes, y otros con los faustos que daban cuenta que el fallecido pertenecía a una familia de buen pasar económico. Hasta era común que en la sala el empleado le dijera a un deudo: “¿Está este cajón que vale…”, o “no te animás a este que sale…”. Sí, casi como si se tratara de adquirir un automotor, u otro bien de cualquier característica.
Aún hoy en Capital Federal o el Gran Buenos Aires -por citar un par de lugares, pero se repite en muchos otros lados del país-, un fallecido puede tener un sepelio con costos que rondan los 300 mil o 400 mil pesos; y en algunos casos extraordinarios llegar hasta el millón.

“Todos iguales”.
En nuestra ciudad, y en casi toda la provincia -en localidades interconectadas-, desde que la Cooperativa Popular de Electricidad, salió a cubrir “lo que surgía claramente como una necesidad de la sociedad, todo eso ya no existe”. Podría decirse que, al menos en el instante supremo, en ese momento del final, todos los pampeanos somos iguales.
Pasados casi 40 años desde la irrupción de la cooperativa santarroseña en el servicio funerario, puede decirse que ya no hubo familias que debieran endeudarse, firmando pagarés o promesas de pago que los empeñaran por largo tiempo.

Concepto solidario.
José Carlos Depetris, gerente de Servicios Sociales de la CPE, dijo que se trató “de mantener y no variar lo que naturalmente la sociedad ha ido manejado como un estándar. Antes se hacía un compromiso económico, y a veces se enterraba junto al fallecido la economía de los deudos. Se dispone de espacios cómodos para la última despedida, se trata que el grupo familiar esté contenido, y se ha ido evolucionando adaptando la arquitectura a conceptos más modernos, con jardines internos, y con salas aireadas y luminosas. Invertimos en el aspecto edilicio porque hace a la convivencia, dado que hay seis salas algunas de las cuales pueden ser utilizadas simultáneamente”, explicó.
“Lo cierto es que la Cooperativa, aplicando el concepto de solidaridad vino a poner los puntos sobre las íes -agregó-, ante ese momento especial, irrepetible, que queda en la memoria familiar para siempre. Surgió hace más de 40 años, seguramente porque quienes tomaron la decisión advirtieron alguna necesidad a partir de algunas cosas que ocurrían con los sepelios”.

El contraste ante la muerte.
Amplió recordando que antes se “daba lugar a contrastes, incluso con servicios de primera, u otros más económicos, con lo que las diferencias que se conocían de la vida en sociedad se repetían a la hora de la muerte. Porque seguramente no era lo mismo en el caso de un asalariado del molino Werner o el trabajador de un aserradero, que la situación de una familia de buen pasar”.
Evocó que al principio se hicieron convenios y se utilizaban las mismas salas de las empresas Arballo o Sagrado; después un breve tiempo en el salón Los Pioneros, hasta la actual ubicación sobre calle 1º de Mayo, entre Salta y Santiago del Estero.

Cómo funciona.
En otros tiempos el servicio resultaba sumamente oneroso, “y eso ha cambiado fundamentalmente desde que la CPE lo está llevando adelante. Hoy cada asociado se puede adherir al servicio funerario pagando 50 pesos por mes, con lo se cubre la prestación a todo el grupo familiar. Son casi 40 mil adherentes, que salvo esa cuota mensual no deben pagar después un solo peso más”.
La Cooperativa lleva adelante los sepelios “con personal propio, capacitado en trámites de defunción, para que ningún deudo quede complicado con papelerío de oficina”.
Sostuvo que no obstante si alguien no se encuentra adherido al sistema, “primero se hace el servicio y luego se ve cómo se arregla el pago, que incluso se puede financiar. Pero no se deja a nadie afuera, aunque esos casos se puede contar con los dedos de una mano. ¿Cuál es el costo de un servicio por fuera del sistema? Unos 20 mil pesos”, completó.
Pero no sólo lo que se detalló, sino que además, en casos de traslado de personas fallecidas desde otros puntos del país -a veces son llevados para atención médica a Buenos Aires y mueren allí- la CPE hace el traslado en forma gratuita: “Sólo hay que llamar al 411700 y nos encargamos”, dijo Depetris.
Finalmente el dirigente enfatizó que “el servicio funerario resulta el más caro a los sentimientos comunitarios, porque gracias a la intervención de la cooperativa en esos casos todos los vecinos somos iguales”, cerró.

Un millar de servicios anuales.
La CPE Santa Rosa presta alrededor de 1.000 servicios anuales de sepelios -unos 90 mensuales-, y cuenta para hacerlo con un plantel de 19 empleados, entre dos jefes de sector, administrativos, operativos y jardineros.
El gerente de Servicios Sociales, José Carlos Depetris, dijo que se tiene a disposición un parque automotor nuevo, con cuatro coches fúnebres, cuatro para remises, dos ambulancias y un utilitario. En cuanto a los ataúdes que se utilizan indicó que es “en una proporción de 60% para nichos, y 40% para tierra”, en tanto son muchos menores los casos de cremaciones. “Es la única diferencia en cuanto a los cajones, porque los que van a nicho tienen una caja metálica de la que carece el que va a nicho, pero por lo demás son todos iguales”.
Hay tres fabricantes de ataúdes, dos de la provincia de Buenos Aires, y el tercero de Eduardo Castex. Depetris expresó que “la Cooperativa pretende ofrecer un servicio bueno, y sin diferencias de ningún tipo. Se da el caso que a veces nos piden por florerías, y nosotros lo que hacemos es ofrecerles una lista y que los deudos se encarguen”.
Sí admitió que la CPE promociona “La flor que no perece”, con lo que se recaudan fondos para la Asociación Cooperadora del Lucio Molas. “De esa manera ayudamos a solventar una institución que tiene un fin benéfico específico”.
Por otra parte mencionó que “durante siete años” la Cooperativa tuvo a su cargo el servicio de cremación. “Lo hicimos con personal propio, y llegamos a hacer unas 1.000 cremaciones”.
Hoy este servicio volvió a manos de la Municipalidad de Santa Rosa.

¿Cementerio cooperativo?
En las últimas semanas se habló mucho de una iniciativa de instalar una necrópolis privada (como existe en otros lugares), que se sumaría al tradicional, y al cementerio parque. Depetris advirtió que “no se descarta” que sea la CPE la que pueda encarar un proyecto de ese tipo. “Es una idea que hay que analizarla bien, planificarla, pero creo que sería bueno. Lo que sí se puede decir es que la Cooperativa está en perfectas condiciones de llevarlo adelante”, porque tiene “cierto manejo de la situación, y experiencia aquilatada en 40 años de gestión”, indicó.

FUENTE: LA ARENA