Natacha Jaitt: las verdaderas causas que llevaron a su muerte y qué pasó en el salón de fiestas

Natacha Jaitt no murió solo por una falla cardiorrespiratoria.

Eso fue solo la síntesis, el fenómeno final.

Natacha tampoco perdió la vida por la cocaína que encontraron en su nariz, al menos no es lo que estima la Justicia en este momento.

Murió, asegura una alta fuente en la investigación, por la acumulación de muchas cosas. En la madrugada de hoy, sobre el colchón king size de la suite de invitados del salón de fiestas Xanadú, de Villa La Ñata, el deteriorado cuerpo de 41 años de edad de Natacha Jaitt colapsó por dentro.

Los forenses en la morgue de San Fernando se sorprendieron por el color de su corazón. Acostumbrados a órganos rojizos, notaron que el de Jaitt se veía blanquecino debido a trazos de grasa. La autopsia reveló una isquemia, una obstrucción arterial que puede ser fatal. No fue lo único: un análisis de sus trompas de Falopio reveló una hemorragia interna que, afirma un investigador, «debería haberle causado un dolor enorme».

Y después está lo que pasó en el Xanadú.

Fue una mezcla curiosa de gente la que hubo anoche en el salón, cinco personas en total:  Guillermo Rigoni, empresario dueño del lugar, amigos de él como un vecino de un country de la zona y un electricista de 45 años,una joven de 19 años oriunda de Don Torcuato y Raúl Velaztiqui Duarte, productor de espectáculos, amigo de Jaitt desde hace un tiempo.

Casi todos declararon en la UFI de Benavidez a cargo del doctor Sebastián Fittipaldi, encargado de investigar la muerte de Jaitt. Fittipaldi se sorprendió. Los testigos no se conocían entre ellos, el encuentro fue fortuito, pero todos coincidieron en lo mismo. Hay un relato común, coherente.

La entrada al salón Xanadú.

La entrada al salón Xanadú.

Supuestamente, Jaitt se había reunido con Rigoni y Velaztiqui para cerrar el trato de un espectáculo que se montaría en el Xanadú, bebieron unas copas. Los relatos hablan de cocaína en el lugar, de una ronda de consumo, un máximo de cinco gramos para cinco personas. Uno de los testigos -que vive a cinco cuadras del lugar- fue allanado de urgencia por orden de Fittipaldi, le encontraron una cantidad mínima de cocaína en una riñonera que ni siquiera ameritaba una causa por venta de estupefacientes. Los investigadores ni siquiera sospechan de un posible dealer orbitando sobre la reunión. Alguien convidó, simple como eso.

El meticuloso sistema de cámaras de seguridad, por otra parte, reveló cuándo fue que Natacha ingresó a la suite, ubicada en un primer piso, donde finalmente murió. Las cámaras requisadas por los investigadores la muestran cuando entra. Nunca sale. 

El camión de Policía Científica que trasladó el cuerpo (Franco Fafasuli)

El camión de Policía Científica que trasladó el cuerpo (Franco Fafasuli)

Las cámaras también muestran a un invitado que entra y sale dos veces a la habitación, la primera, tranquilo, sin sobresaltos. La segunda, visiblemente asustado.

Según los testimonios que recolectó la Justicia, la actriz habría acordado tener sexo con este invitado, una seducción mutua que terminó con ambos en la suite.

Sin embargo, no hubo sexo. De acuerdo a un relato, Natacha quedó inconsciente al poco tiempo de entrar a la habitación. El invitado creyó que estaba dormida en un primer momento. Luego, volvió a subir para despertarla. Jaitt estaba fría al tacto.

El invitado alertó de la situación a Velaztiqui Duarte, pidió ayuda. La suite no tiene una cámara, pero gracias a su amplio ventanal, una cámara cercana filmó cómo intentaban reanimarla con movimientos torpes.

Policías en la Morgue de San Fernando.

Policías en la Morgue de San Fernando.

A las 1:49 de la madrugada, Velaztiqui Duarte llamó al 911. Rigoni se quedó en el lugar, los otros tres invitados se fueron. «Se asustaron», asegura una fuente dentro de la pesquisa. Sin embargo, estaban dentro del Xanadú cuando el productor de espectáculos llamó al 911, al menos según los testimonios.

La autopsia no detectó signos de ataque o defensa en el cuerpo de Jaitt. No hay imputados, tampoco detenidos. Fittipaldi, por el momento, no sospecha de nadie.

El momento en que esta hemorragia estalló todavía es incierto: los estudios a las vísceras y el exámen toxicológico de su sangre se practicarán en cinco días en los laboratorios platenses de la Policía Científica provincial.