Los impactantes testimonios de cuatro víctimas que denunciaron al doctor Alberto Cirulnik por abuso sexual

A mediados de diciembre, días después de que se conociera el testimonio de Thelma Fardin contra Juan Darthés por abuso sexual, salieron a la luz una serie de denuncias contra el doctor Alberto Cirulnik, ex médico de la escuela ORT entre otras instituciones.

La primera denuncia, difundida por el canal Todo Noticias, fue realizada por tres personas, entre las cuales estaba la hija del diputado nacional Daniel Filmus. Pero con el correr de los días se sumaron más casos de víctimas, hasta llegar a las 26 que hay en la actualidad.

Cuatro de esas personas, dos hombres y dos mujeres, decidieron romper el silencio y contar todos los padecimientos que vivieron con el pediatra. En declaraciones a TN, Darío Schvartz (34 años), Mariana López (51), Federico (22) y Romina Luisi (36) describieron las escenas de abuso, la mayoría ocurridas en consultorios médicos y cuando eran menores de edad. 

«Mis viejos eran mejores amigos de Cirulnik y su mujer. Yo era el mejor amigo del hijo más chico, hasta que empecé a hablar. A los 8 años, Cirulnik me llevaba a acostar, me hacía masajes para que me relajara y me manoseaba el p***. Esto se repetía en el club, en la casa de él… Además, me pedía que yo le hiciera los mismos masajes a él», cuenta Darío a la periodista Miriam Lewin. Y luego agrega: «Él lo que hacía siempre era acostarte en la camilla y a la hora de revisarte los ganglios de la axila te manipulaba el brazo para que vos con la mano le tocaras el p***».

Federico contó una escena similar: «Cuando me empezó a revisar, me levantó el brazo izquierdo, me quedó colgando y mientras me revisa siento que mi mano rozaba su p***».

Por su parte, Mariana dijo que recién ahora pudo contar lo que le pasó con el doctor Cirulnik en 1978. «En el 78 acudí a la salita de primeros auxilios de Escobar porque tenía mucha fiebre. Entonces me atendió el médico que estaba de guardia. Y él le pide a mi mamá que me quitara la ropa, empezó a revisarme hasta que llegó a los gen***. Ahí empezó a bajar el tono de su voz y a hablar más pausado. Empezó a preguntarme si me tocaba. Yo le decía que no, pero él insitía porque no escuchaba lo que le estaba diciendo».

La escena de abuso también fue descrita por Romina. «Me revisaba y pasaba mucho tiempo en mis partes íntimas. El recuerdo que tengo es que estaban mis papás pero en la camilla estaba yo sola».