La viuda de Muñoz aportó precisiones sobre la ruta del dinero de parte de las coimas

La feria judicial llegará hoy a su fin y entonces mañana los tribunales de Comodoro Py recuperarán su movimiento habitual. Sin embargo, durante el receso, la causa de los cuadernos de las coimas nunca estuvo en pausa. Esta semana comenzó con la homologación del acuerdo como arrepentida de Carolina Pochetti, la viuda de Daniel Muñoz, el exsecretario privado de Néstor Kirchner.

Aunque Pochetti había negado inicialmente su participación en las maniobras de lavado de dinero, con el paso de los meses y la cantidad de personas de su entorno que optaron por acogerse al régimen del arrepentido, decidió que ella también quería aportar información a cambio de obtener su libertad. Es considerada un personaje clave para ubicar los 70 millones de dólares que, según los fiscales y el juez de la causa, tuvieron origen en las maniobras de recaudación ilegal de dinero de las empresas contratistas del Estado.

Varios de los defensores de los imputados que tuvieron que ver con las maniobras de lavado investigadas en este tramo de la causa asistieron a los tribunales de Comodoro Py ansiosos por mirar el expediente y conocer los dichos de Pochetti. Ella aún no obtuvo su excarcelación, no porque le fuera denegada, sino porque su defensor oficial, Juan Martín Hermida, no la pidió. Hermida consideró conveniente para la investigación que los dichos y datos que brindó Pochetti sean verificados, para después requerir que ella recupere su libertad.

La declaración de Pochetti aún se mantiene bajo estricta reserva, y aunque la causa aún no está en secreto de sumario, algunos de los abogados de las partes involucradas no consiguieron acceder a verla.

Los funcionarios judiciales que llevan adelante la investigación pretenden esclarecer cuál es el origen del dinero que lavó Muñoz y cuál es su paradero actual. Según fuentes judiciales, Pochetti dio precisiones sobre esos interrogantes. «Habló de todo, desde que lo conoció a Daniel Muñoz hasta ayer», dijo una fuente judicial a LA NACION tras el acuerdo sellado entre Pochetti y el juez Claudio Bonadio para ser imputada colaboradora.

Otra imputada que está inquieta es Elizabeth Ortiz Municoy, la agente inmobiliaria marplatense que declaró como arrepentida en noviembre del año pasado y apuntó hacia Pochetti y el abogado Miguel Ángel Plo, que asesoró inicialmente a la viuda de Muñoz. Municoy dio detalles de cómo habían sido las operaciones de compra y de venta de las 16 propiedades en los Estados Unidos. Cuando Municoy declaró como arrepentida obtuvo a cambio la excarcelación. Pero en la última semana, regresó a Comodoro Py más de tres veces, atenta a lo que podía declarar Pochetti, y preocupada por la desconfianza de Bonadio sobre lo que ella ya había aportado. Su abogado es el defensor oficial Gustavo Kollmann, quien se excusó de defender a Pochetti por la posibilidad de que hubiera intereses contrapuestos entre ambas defendidas.

Kollmann también representa en esta causa a Juan Manuel Campillo, el exministro de Economía de Santa Cruz y hombre de confianza de Néstor Kirchner, que después de una larga espera obtuvo el estatus de arrepentido. Campillo indicó en su declaración que Isidro Bounine, el exsecretario de Cristina Kirchner, lo convocó -de parte de Pochetti- en 2016 para vender las propiedades en el exterior y borrar la ruta del dinero. Campillo, sin embargo, declaró que se «chocó con una pared», que era Plo, el exabogado de Pochetti, quien ya estaba a cargo de esta gestión.

Según pudo saber LA NACION a través de fuentes judiciales, la declaración de Pochetti no varió demasiado de las declaraciones de Municoy y Campillo en lo que respecta al relato de esos movimientos, salvo por algunos matices. El valor agregado que tuvo la declaración es la cantidad de información que brindó sobre el destino actual del dinero que se intenta ubicar.

Plo, que quedó detenido en el penal de Ezeiza, desconfía de la declaración de Pochetti, pero sí estima que «apuntó para arriba».