La última pericia al doble femicida de las turistas israelíes: el informe psiquiátrico y un diálogo increíble

Gilad Gil Pereg, el hombre que repta, maúlla y dice ser gato, y está preso por haber matado a su madre y a su tía, lo dijo con énfasis:

-Me quiero matar, me quiero matar, me quiero matar. Aunque no quiera o no pueda, me voy a matar.

-Pero si tenés siete vidas -trató de convencerlo el perito Mariano Narciso Castex.

-Pero ya me gasté seis. Se las puedo contar. Ahora me queda solamente una.

-Los gatos saben sobrevivir mejor que los humanos- lo calmó Castex.

Fue durante el encuentro que tuvo en una sala de la cárcel de San Felipe, en Mendoza, con el israelí de 36 años acusado de matar el 12 de enero a su madre Pyrhia Saroussy, de 63 años, que murió estrangulada, y a su tía Lily Pereg, de 54, asesinada de tres tiros. Pereg fue detenido el 25 de enero. Un día después, la Policía mendocina encontró los cuerpos de las mujeres: estaban enterradas en la casa del imputado.

Hasta ahora, las pericias penitenciarias como las de parte indican que Pereg es inimputable: es decir que no comprendió la criminalidad de sus actos y, por lo tanto, debería ir a un manicomio. Pero para la fiscal Claudia Ríos, el acusado actuó con frialdad y alevosía, en medio de un plan.

«El recibía dinero de su madre y lo prestaba, quizá ella vino a reclamarlo y se desató la masacre», dice una fuente policial. Si las pericias no alcanzan para declararlo inimputable, Gil Pereg será sometido a un juicio por jurados, integrado por doce personas. De ser encontrado culpable podría recibir prisión perpetua.

«No se le permiten dar entrevistas, está encerrado y le tiran manguerazos porque no quiere bañarse, necesita asistencia urgente», dice uno de sus abogados.

Mientras tanto, Pereg sigue con sus comportamientos felinos. En la pericia de parte que le hizo el prestigioso psiquiatra forense Mariano Castex, hace poco más de un mes, la charla comenzó de esta manera:

Castex: ¿Porque dice que está en situación catastrófica?

Pereg: (con fuerte acento) Estoy en situación «catastrófico» porque… (piensa) yo… soy gato. No soy uno que actúa en dos patas como ustedes, y yo estoy aquí… en condiciones que no pueden ser aptas… para gatos. El problema mío (sic) es que yo… soy un gato. Usted me ve como una criatura de dos patas, pero yo no soy criatura de dos patas (afirmando). Yo me convertí en gato hace muchos años.

Castex: ¿Por qué es gato y no perro o lobo?

Pereg: Yo tenía afición a los gatos, y en algún momento decidí que yo no podía vivir más en el mundo de las criaturas de dos patas. En Israel tuve problemas en el Ejército, se me explotó la cabeza. Yo vi todo el mal que hacen las criaturas de dos patas, todo el mal (se angustia) todo el mal el mal, el mal, el mal ( compenetrado), el mal y , y… absolutamente, absolutamente ¡no podía aguantar eso! No podía aguantar eso (angustiado) y… ¡yo quería morirme! Quería morir, quería suicidar, ¡no podía aguantar esa vida! No podía aguantar en el mundo todo eso. ¡No podía vivir en ese mundo y quería morirme.

En un momento de la pericia, Castex le preguntó sobre sus extrañas visitas al cementerio que quedaba frente a la casa donde fueron asesinadas las víctimas.

Castex: ¿Por qué visitabas el cementerio?

Pereg: ¿Le contesto ahora?

Castex: Contestá ahora.

Pereg: Porque me gustaba ver… la… eh , las criaturas de dos patas muertos. Pensé que esas criaturas de dos patas muertos ya no pueden hacer más daño. Porque todo el tiempo tuve que hacer negocios con la máscara puesta, disfrazado de criatura de dos patas. Vivía 10 por ciento así y un 90 por ciento en mi casa como gato. El cementerio es el lugar más sano que conozco. A mí me estalló la cabeza varias veces. ¿Lo que me salvó la vida? Es que apareció el señor «Baltus», un gato anciano, un gato grandote así (hace gesto), está todo gris y tiene le pelo gris y largo tiene que tener como quinientos o mil años. ¡Está muy viejo!

Castex: ¿Cómo se te apareció?

Pereg: Apareció una vez (levanta la voz, se apasiona) estaba ahí, ahí (titubea) tirado… tirado en la cama así (hace gesto).

Castex: ¿Se aparecía de día?

Pereg: Yo estaba de noche ahí tirado en el lugar donde vivía, y el apareció en la noche, y vino la comida, y me estaba haciendo miauuuu, miauuuuu (maullido de lamento) ¡Yo lo entendí! Porque yo le entendí todo lo que él estaba diciendo, porque yo, yo ya en ese, esa, ese momento, yo ya estaba viviendo como gato y yo entendía a él porque en ese momento yo arranque a entender el idioma de los gatos con eso mágico que me pasaron los gatos en mi cabeza. Baltus todo el tiempo aparece. Todas las noches, me dijo que no puede venir en el día porque le hace mal la luz del Sol, sólo aparece cuando hay nubes. Y él me contó sobre los «ghoulies», que son los enemigos de los gatos, son unos monstruitos, demonios, chiquitos, que caminan como las criaturas de dos patas y viven en los agujeros de los baños, están conectados en todo el mundo.

“¿Por qué visitaba el cementerio? Porque me gustaba ver a las criaturas de dos patas muertos. Pensé que esas criaturas de dos patas muertos ya no pueden hacer más daño”, le dijo el doble femicida al perito (Télam)

La pericia de Castex, a la que Infobae tuvo acceso y que publica tal cual, indica que Pereg padece una forma de parafrenia con modalidad de delirio de transformación corporal elourantrópica (palabra de origen griego que significa ser y vivir como gato), «elaborada en forma progresiva -primero hablada y finalmente vivida plenamente- con indemnidad aceptable de las funciones cognitivas pero actuando estas en forma paralógica, esto es en una realidad peculiar que es diversa a la realidad en que vive el mundo normal, con alteración de la identidad, la que se expresa con actitudes y conductas diversas a las humanas, en forma de ser y vivir como gato».

«Es inimputable de acá a la China», dijo Castex, que en 65 años de carrera vio casos de película, pero ninguno como este. «Su locura es vivida, no contada. Cuando él dice que lo atacó un monstruito, lo dice como si el episodio hubiese ocurrido. Tiene un delirio perfecto, sistematizado», analizó Castex.

En sus conclusiones, el perito indica:

«El pensamiento paralógico es un pensamiento mágico, donde la fantasía da rienda suelta a una fábula delirante que supera todas las categorías del entendimiento. El tema abordado en el presente caso es el ‘ser gato’ y todos sus concomitantes y consecuentes ‘vivir como gato’«.

*«La megalomanía se hace presente en este caso en forma de persecución, maltrato y estafa reiterada -aun cuando con puntos de partida reales-. El aspecto megalomaníaco que caracteriza a este deliro, se percibe en la ampliación cósmica de la temática delirante».

* «La fabulación prima sobre las alucinaciones, que están presentes empero (temática de Balthus y de los Ghoulies), y que forman parte de una producción imaginativa exuberante sobre la que se desarrolla el delirio».

* «La integridad paradójica de la unidad de síntesis psíquica se caracteriza por el enorme contraste entre las concepciones paralógicas, la mitología del delirio y una seudo adaptación a la realidad cotidiana, mientras que la capacidad intelectual, memoria y comportamiento social pueden permanecer intactos, aún cuando en el presente caso la conducta social ha concluido en un abierto comportamiento antisocial aún antes de producirse el injusto penal que se le enrostra».

* «La transformación en animal (en el presente caso, un gato), desde este punto de vista, es un nuevo modo de estar en el mundo. En su delirio no sólo cambió él mismo sino que para él, el mundo es ahora el de un gato».

* «Que no se aprecian en el examen efectuado indicadores de mendacidad o de simulación, aún cuando sí se observan aspectos histeriformes que acompañan el relato delirante».

* «Que destaca en la sintomatología relatada la rumiación suicida contenida actualmente por la figura del Gato Balthus, su protector. De cesar su presencia delirante es muy probable el pase sorpresivo a una conducta suicida«.

* «El evaluado no tiene capacidad para estar en juicio por todo lo aducido en el presente informe. Sobre todo porque es claramente un alienado y susceptible de ser declarado insano en el fuero civil».

*«Por ser peligroso para sí y para terceros, el acusado debería estar internado en un psiquiátrico de alta seguridad, contenido con los tratamientos habituales brindados a esta suerte de pacientes crónicos y acompañado por psicoterapeuta entrenado en la escucha y contención de cuadros psicóticos, como el observado en Pereg».

Gil Pereg recibió al periodismo en su casa luego de los crímenes y posó en el lugar donde había enterrado a su madre y a su tía mientras decía que las había acompañado a la parada del colectivo donde las había visto por última vez

Los ghoulies aparecen en una película de hace casi 30 años, son especie de gremlins que comen gatos y humanos. El diario Los Andes de Mendoza,  recordó que «Balthus» era el apodo del artista francés Balthasar Klossowski. «El poeta Rainer Maria Rilke, amante de la madre del artista, estaba impresionado con el talento artístico del joven, y lo ayudó a publicar su primer trabajo en 1921, cuando apenas tenía 13 años. El trabajo incluía 40 dibujos de Balthus, además de un prefacio de Rilke. Las imágenes de estilo cómic representan la historia de un nene que pierde a su amado gato«.

Las leyendas del extraño Pereg

Una de las leyendas que circuló en su momento en torno al doble femicida Gilad Gil Pereg es casi un gag: se dice que un preso le quiso enviar alimento para gatos y que otro intentó meter una rata en la celda aislada.

Otros presos intentaron atacarlo con fierros.

Eso no es todo. Según pudo saber Infobae, a uno de los peritos le reveló:

-Uno de mis sueños era ser padre.

¿Tuvo novia?

-Nunca estuve con una mujer. Soy virgen.

-¿Y con quien pensaba tener un hijo?

-Por inseminación artificial. Ya tenía elegida a la mujer indicada.

-¿Quién era?

-Mi madre.

La versión del acusado sobre el crimen fue que las mujeres estuvieron unas diez horas en su casa y luego él las acompañó a la parada del colectivo. «Después las quise ubicar en el departamento donde estaban parando, pero no aparecieron», declaró en su denuncia. No le creyeron.

Aunque tenía dinero como para vivir mucho mejor, Pereg dormía en un colchón sobre el piso, rodeado por sus gatos. No se bañaba y hacías sus necesidades en el patio. Además en su casa había gatos disecados.

Hace cinco meses se difundió un video, en apariencia grabado por un guardiacárcel, en el que un centinela abre la puerta de la celda del penal de San Felipe, yse ve a Pereg desnudo, maullando como un felino enojado y tirando la mano como si pretendiera arañar a ese hombre.

Desde entonces lo llaman «El hombre gato».

También le hizo un insólito pedido a los jueces. El descargo del acusado evidenciaba desesperación:

-Necesito compañía. No puedo estar solo las 24 horas. No soy una persona, soy un gato y necesito estar acompañado por gatos, no por por personas. No puedo tener contacto con personas. Pinsan que soy un loco, no pueden entender que alguien pueda vivir como yo, como un gato. La solución mínima es que me traigan a la celda dos o tres gatos, mínimo. Aunque eso no va a solucionar mi problema. Yo estaría bien con prisión domiciliaria, vigilado por muchos policías, o toda la Policía, todos armados. Yo no haría nada. No me quiero escapar. Quiero que me traigan a todos mis gatos. A mis 37 gatos. Mis 37 hijos. No sé cómo los están cuidando. Si están bien o están mal.

Los jueces lo miraban absortos.

Pereg prosiguió con otro pedido increíble:

-Otra solución es mandarme al zoológico y ponerme en una jaula con todos mis gatos juntos. Son mis hijos. No puedo estar con personas. Sí en una jaula con 37 gatos. Quiero estar con ellos. Ahora, en la celda, miro la pared me explota la cabeza. No sé dónde estoy y pienso en ellos.

El enigma

«La principal hipótesis es que había una deuda de por medio. El planificó todo, hasta antes de los asesinatos denunció que le habían robado una pistola calibre 9mm y dos armas calibre 38″, dice una fuente con acceso al expediente.

Aunque ahora cobra fuerza otra teoría: que el doble asesinato tuvo que ver con su obsesión: los gatos. «Quizá su madre le dijo algo o lo retó porque la suciedad de la casa o quiso sacarle los gatos», dice una fuente con acceso al expediente.

“Otra solución es mandarme al zoológico y ponerme en una jaula con todos mis gatos juntos. Son mis hijos. No puedo estar con personas. Sí en una jaula con 37 gatos”, le propuso Gil Pereg a los jueces (Télam)

Pero las armas fueron encontradas en su casa. Con la 38 mató a su tía, según opinaron los forenses.

Tenía 40 armas registradas a su nombre, pero sólo aparecieron dos. Hubo un tiempo en que, cuentan, tenía una casa de comidas y se hacía llamar «Floda Reltih» (Adolf Hitler al revés).

Para los investigadores, Pereg actuó con sangre fría y simula.

Sus abogados lo definen como un misántropo que amaba más a los animales que a las personas. Que no le importaba la humanidad. De hecho, uno de ellos recordó una de las primeras frases que pronunció el israelí cuando se reunieron con él:

«La gente es lo peor. Viviría lejos de las personas. No tendría contacto con ellas. Sólo con los animales. Ellos me entienden. Y yo a ellos. Somos lo mismo».

«Las pericias nos dan la razón, es inimputable», dice Maximiliano Legrand, uno de sus abogados.

Otro misterio en la vida de Pereg es su pasado en Israel. Una versión es que le dieron de baja del Ejército porque una vez corrió desnudo por un campus. Pero su presente está cada vez más lejos de lo que alguna vez fue un hombre que actuaba como un ser humano.

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