El presidente de la Emilio Monzó, prometía levantar la sesión especial contra los aumentos tarifarios a las 12 en punto si en ese entonces –tras una hora de espera- la oposición no conseguía el quórum necesario: 129 diputados. Faltaban cinco minutos para que se cumpliera una hora exacta de la convocatoria y la pantalla gigante marcaba 128 legisladores presentes. Finalmente, entre gritos de bronca y risas de incredulidad la sesión se cayó y a la oposición se le escapó entre los dedos una oportunidad única, aunque le demostró al Gobierno que es capaz de unirse en su contra.
Alfredo Olmedo, el polémico diputado que se retiró antes de que se diera por perdido el quórum. Foto: Néstor García
La reunión de este miércoles para debatir los seis proyectos que buscan frenar los incrementos de tarifas había sido convocada por el Frente para la Victoria y contaba con el respaldo del peronismo no kirchnerista referenciado en el Frente Renovador y el bloque de los gobernadores, Argentina Federal, que juntos armaron una iniciativa propia. También apoyaron el Movimiento Evita, la Izquierda, el bloque de San Luis y el único socialista, Luis Contigiani. Sin embargo, no fue suficiente y los pases de factura se volvieron inevitables.
El primer señalado fue el salteño Alfredo Olmedo, del monobloque Salta Somos Todos, aliado del oficialismo. “El problema fue que él repentinamente se levantó y huyó”, repetían en distintos bloques. Incluso lo acusaron de responder a un “apriete” de Cambiemos, a raíz del ingreso del diputado del PRO de Córdoba, Javier Pretto, quien se acercó a hablarle a Olmedo minutos antes que éste se retirara. Olmedo ya venía pidiéndole a Monzó que respete el reglamento y levante la sesión. “Una vez más la política fracasa, falta uno”, dijo antes de retirarse.
Miembros de la bancada oficialista observaban desde atrás de las cortinas del recinto. “Entrá Massot. Vengan y debatan”, los chicaneaban desde adentro al jefe de la bancada macrista. Tan sólo segundos después de la salida de Olmedo, entró corriendo y acomodándose la camisa el misionero Daniel Di Stefano, 45 minutos tarde, y se excusó con problemas de vuelo.
“Volvé Olmedo”, empezaron a gritar desesperados los diputados kirchneristas. No lo hizo y la aguja marcó las 12 en punto. Cuando volvió a entrar, ya levantada la sesión, le gritaron “corrupto”, “coimero” y “cagón”.
“Hubo una maniobra oscura que nos remonta a los peores momentos de esta casa; esto es peor que el diputrucho”, disparó Graciela Camaño, jefa del bloque massista. “Tomen lista”, vociferó otra diputada.
Del Frente para la Victoria faltaron tres: la chaqueña Analía Rach (en licencia por maternidad), el santacruceño Juan Vazquez y el bonaerense Francisco Furlan. El cordobés del unibloque Concertación Forja, Juan Manuel Pereyra, quien actúa como aliado del FpV, tampoco llegó.
En el Frente Renovador, Facundo Moyano, fue el único ausente. Según voceros del partido está de viaje. Por parte del bloque de los gobernadores, Argentina Federal, fallaron dos. El ex gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, fue uno de ellos, junto con el bonaerense Alberto Roberti.
De los cuatro diputados del interbloque que comanda Martín Lousteau sólo acudió el mendocino José Luis Ramón y de los seis del Frente Cívico por Santiago asistieron sólo dos: Norma Abdala de Matarazzo y la ex gobernadora Claudia Ledesma.
Lo que siguió fueron horas de catarsis, mediante expresiones de minoría, lo que obligó al oficialismo a suspender la sesión ordinaria que estaba convocada para la tarde para tratar la ley de mercado de capitales. “El pueblo argentino estaba esperando tratar el tema de tarifas hoy”, apuntó con seriedad el presidente del FPV, Agustín Rossi. “Hay que ponerle un freno a la insensibilidad de este gobierno”, remarcó minutos antes de que se cayera la sesión el jefe de la bancada justicialista, Pablo Kosiner.
El PJ no K y el massismo citaron a tratar los proyectos el martes en dos comisiones que manejan: Obras Públicas y Defensa del Consumidor.
