ARDIFF.- «Lo compramos para mejorar nuestro potencial ofensivo, pero no debe ser evaluado solamente por sus goles. Está teniendo una temporada extraordinaria, debe estar tranquilo. Después, tal vez hace un gol y será declarado como el hombre de la Champions». A Massimiliano Allegri le sobra confianza. Y tiene un por qué: el jugador que protege le responde con goles y títulos. Gonzalo Higuaín, el último hombre que potenció la grieta entre las dos Italias -su pase de Napoli a Juventus llegó a ponerle el cartel de traidor en el Sur-, lleva 32 gritos en la temporada, con 24 en el Calcio, tres en Copa Italia y cinco en Champions League. Juventus, hexacampeón de la Serie A y tricampeón de la Copa, va por el triplete en Cardiff, para coronar la temporada perfecta. Y se basa en sus dos extremos: un ataque con sello argentino, con la potencia de Higuaín y la calidad de Paulo Dybala, y una defensa granítica que sólo recibió dos goles en la etapa de grupos de la Champions y un tanto -Mónaco, en semifinales- desde octavos hasta la final. Tienen su propia BBC. No serán Bale Benzema y Cristiano, pero Barzagli, Bonucci y Chiellini tienen lo suyo.
«Marcará un gol en la final», disparó Allegri el lunes. «Tiene que estar tranquilo y hacer su partido», añadió. Sucede que las tres finales perdidas de forma consecutiva por la selección argentina trabajan sobre la cabeza de Higuaín. Y su entrenador lo sabe. Sus chances ante Alemania, en el Mundial 2014, y Chile, por duplicado, lo marcaron. «No acudí a ayuda profesional, pero claramente la pasé mal y lloré», confesó el ex River y Real Madrid en octubre del año pasado. «Somos personas y sufrimos. Más lo sufren nuestras familias. Ver mal a mi mamá me mata. Vos decís «para qué». No lo merece por todo lo que hizo y luchó por mí», agregó. Fuerte desde lo mental, se negó a pensar en abandonar la selección y aceptó cargar con la mochila de ser el blanco de las burlas. «Bueno, si la gente es feliz insultándome, está bien», dijo. Higuaín es el delantero del karma en el equipo del karma: la Vecchia Signora perdió las últimas cuatro finales de Champions que disputó (1997, 1998, 2003 y 2015) y el sábado enfrentará a Real Madrid, el más ganado
Pero Pipita no camina solo por Turín. Dybala es el compañero que aceptó retroceder unos metros en la cancha para tomar envión en su carrera. Aquella promesa de Laguna Larga, que supo llamar la atención en Instituto, ya es una realidad. A los 23 años es el hombre de moda y es tentado por otros grandes de Europa. Aunque la renovación de su vínculo hasta 2022 parece haber enfriado cualquier oferta.