Kaliningrado, el territorio ruso dentro de Europa que ahora va a estar rodeado de países de la OTAN

Tras la invasión militar de Rusia en Ucrania, dos países nórdicos que habían sido firmemente neutrales, Finlandia y Suecia, revirtieron sus políticas y solicitaron ser miembros de la alianza militar de la OTAN.

Para algunos comentaristas la decisión de Finalndia y Suecia es un «desastre» para Moscú, que siempre ha visto la expansión de la alianza como una amenaza de seguridad.

Pero el presidente ruiso, Vladimir Putin, sorprendió a muchos en mayo pasado cuando dijo que el asunto no representaba «ningún problema», siempre y cuando los nuevos miembros de la OTAN se abstengan de albergar infraestructura militar, especialmente armas nucleares, en su territorio.

Lo que está claro es que el mapa geoestratégico de la región se verá completamente diferente cuando Finlandia y Suecia ingresen a la OTAN.

«El Mar Báltico se convertirá, efectivamente, en un lago de la OTAN», declaró recientemente Andrey Kortunov, jefe del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, un centro de estudios en Moscú que está afiliado al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso.

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