En la Ciudad, una familia necesita casi $ 31.000 para no ser pobre

La canasta familiar de pobreza porteña de un matrimonio con 2 hijos, sin computar el alquiler, ya bordea los $ 31.000.

Según la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, en junio una familia tipo (matrimonio y dos hijos) necesitó contar con más de $ 30.914,77 para no ser pobre. Es un 56,7% más que los $ 19.732,28  de un año atrás.

En tanto, la canasta familiar de indigencia aumentó un poco más, 57,4% ya que en un año subió de $ 9.554,28 a $ 15.043,11.

Por su parte, para ser considerada clase media, ni pobre ni en situación de «vulnerabilidad»,  esa familia tipo necesitaba en junio pasado contar con ingresos superiores a los $ 48.758,79. En junio de 2018 ese “piso” era de $ 31.359,85. Un incremento del 55,8%.

La inflación golpeó a todos los sectores, pero con más intensidad en los pobres, indigentes y sectores medios bajos ya que fue superior al promedio que, para la Dirección porteña, sumó el 53,3%.

Esto pasó porque los precios de los alimentos que componen la canasta básica de consumo que define la línea de indigencia aumentaron más que el promedio.

Los mayores aumentos en alimentos fueron:Pan y cereales 60,2 %. Carnes y derivados 60,1 %.Pescados y mariscos 63 %. Aceites y grasas 63,8 %.Leche, productos lácteos y huevos 82,5 %, en parte compensados por Frutas 25,8 % y Verduras, tubérculos y legumbres 36,3 %. %

Todos estos números explican que la Dirección porteña informara que, al primer trimestre de este año, la Ciudad registre 585.000 personas pobres, 94.000 más que un año atrás. Es el 19,1% de la población total porteña. De esos números, 52.000 son nuevos indigentes, llevando el total a 184.000 personas –6% de la población- que no cubre el costo de una canasta básica sólo de alimentos.

El Informe oficial marca que hay otras 290.000 personas (9,5% del total) que son sectores “no pobres vulnerables”, cuando un año atrás sumaban 266.000 (7%). Y 309.000 (10,1%) – un año atrás sumaban 270.000 (8,8%)- que pertenecen a la “clase media frágil”, así definidos porque “ante una eventual disminución del poder adquisitivo de los ingresos familiares, por ejemplo, por la suba de precios por encima de sus ingresos, o ante la pérdida del empleo o de ingreso de alguno de sus miembros, tienen una probabilidad alta de caer en los estratos más bajos”.

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