El Massa show ante ceos: anuncios sociales y guerra a los vivos que «afanaban reservas»

Si el ministro de Economía, Sergio Massa, es un político con amplio apoyo del establishment, su participación ante las tribunas del Council de las Américas, en el Hotel Alvear, mostró que, al menos, matiza ese mote con discursos que dan algunas señales al poder económico y, a la vez, le pegan palos duros y de manera directa. En la charla que dio ante los ceos, el ministro repasó sus días en la gestión, le marcó la cancha al empresariado que «hace avivadas» para «afanarse las reservas del Banco Central» vía operaciones del comercio exterior e hizo tres anuncios importantes en materia social: por un lado, adelantó que el desempleo caerá al 6,7 por ciento y que este viernes se publicará el decreto mediante el cual el Estado transformará los planes sociales en trabajo genuino. Por otro, confirmó que en los próximos días se hará la convocatoria a un acuerdo de precios y salarios para contribuir a la moderación inflacionaria. 

Sergio Massa en el Council de las Américas.

Además de Susan Segal, la titular del Council, hubo saludos varios para Massa en el ingreso al Alvear. Uno de ellos, el del titular de Corporación América, Eduardo Eurnekian. Luego, antes de hablar en el cierre de la jornada, el ministro gambeteó prensa e invitados por los pasillos y se reunió, en el VIP ultra reservado, con los popes del Grupo de los Seis (Bolsa, UIA, Cámara de Comercio, Construcción, Sociedad Rural y bancos nacionales). Recibió allí respaldos varios de una tribuna que lo conoce y con quienes compartió escenarios en diferentes ocasiones. 

Una curiosidad: hasta antes de su asunción, los empresarios del Council, argentinos y de multinacionales, estilaban preguntarle a Massa cuánto más se quedaría dentro del Frente de Todos. Siempre lo vieron como una alternativa peronista más tolerable, pero hoy los sorprendió asumiendo un rol central con los pies más adentro del plato que nunca. 

Los títulos que dejó Massa 

Ya en el estrado, acompañado por Segal y Mario Grinnman, el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Massa dejó dos títulos fuertes. El primero, que «estamos publicando mañana un decreto que nos permite transformar los programas sociales en planes de empleo. Habilita a quien hoy es beneficiario de un programa social a acceder al mercado de trabajo, el empleador tiene bonificados los aportes y contribuciones (sólo paga obra social y ART y sindicato), y el Estado sigue pagando durante un año la base del programa mientras el empleador completa el salario de convenio. Aspiramos que el año que viene podamos incorporar a beneficiaros de programas sociales al mercado de trabajo». 

En segundo lugar, sorprendió hasta a los propios comunicando que «en las próximas horas se conocerá una baja del desempleo al 6,7 por ciento, en línea con los números en distintas regiones y provincias, que muestran un crecimiento del 5 por ciento con números inesperados en materia de empleo formal». El INDEC recién dará a publicidad ese dato a mediados del mes próximo, pero el ministro hace tiempo viene manejando perspectivas de diferentes indicadores sociales de peso. 

«La pandemia generó un proceso de cambio en las condiciones de comercio global pero además la guerra generó un cambio de precios relativos que está influyendo en la economía global. Cuando vemos los niveles de ingreso, de pobreza, la caída del nivel de ingreso en la Argentina en los últimos seis años, tenemos que poner también en nuestra agenda una mejora en la distribución del ingreso y claramente políticas más fuertes y más firmes en la lucha contra la pobreza y la indigencia», dijo Massa, en un claro desmarque del discurso de su antecesor, Martín Guzmán, que ante esa tribuna no se animó a plantear cuestiones externas a la macroeconomía. 

Denuncia a empresas, fiscalismo y acuerdos

El inicio del discurso de Massa le sirvió para dejar en claro que su modelo es fiscalista y de ordenamiento de las cuentas como base. «Es vital un Estado ordenado, planificando su gasto y cumpliendo sus metas a los efectos de garantizar el normal funcionamiento de una sociedad. En materia de orden fiscal quisimos dejar claramente una primera señal en el momento que decidimos suspender los adelantos transitorios como mecanismo de financiamiento del Estado y además empezar a recorrer los mecanismos de devolución de esos adelantos», expresó, en un mensaje con el que en general el empresariado simpatiza. 

Allí no más, mientras se regodeaban en el ajuste, sacó una mano al mentón de los presentes. Habló de los dólares para sostener la producción: «tenemos sectores de la economía que necesitan previsibilidad para seguir produciendo. Y también tenemos sectores de la economía que sobre el principio de competitividad cambiaria para el crecimiento, que planteó el gobierno en la salida de la pandemia, se abusaron», arrancó. Y agregó que «vamos a pelear para darles todos los dólares que necesiten a quienes producen, quienes cuidan la salud, quienes necesitan importar servicios o tecnología para garantizar el crecimiento y el desarrollo de la Argentina, y también vamos a tener un mecanismo de dureza con aquellos que quisieron hacer la típica avivada de ver cómo afanaban reservas al Banco Central». Por último, avisó que «las situaciones de sobrefacturación de importaciones y triangulación son todas situaciones que vamos a denunciar por lavado de dinero en los Estados Unidos». Hoy hay tres casos en investigación, uno muy nuevo que sumó Massa: una empresa que, vía una cautelar de la Justicia, logró un aval para importar almohadas por 20 millones de dólares.

Otro de los puntos altos del discurso fue su confirmación del anuncio del Presidente Alberto Fernández del llamado a un acuerdo de precios y salarios. «El Presidente va a convocar a un acuerdo económico y social que va a sentar en la mesa a empresarios y trabajadores con el Estado para plantearnos objetivos de corto, mediano y largo plazo», dijo el ministro. Y agregó que «no tenemos que tener ni miedo ni vergüenza de sentarnos en una mesa a buscar acuerdos por más que seamos parte de fuerzas políticas distintas. Por más que aparezcan aquellos que viven de la Argentina dividida señalando con el dedo porque en definitiva lo que está en juego es el futuro del país. Ustedes, en su gran mayoría actores económicos y sociales, tienen la obligación de exigirnos a nosotros tender la mesa y ser generosos, pero también tienen la obligación de exigirle a la oposición tener una actitud madura y responsable». 

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