El femicidio de una estudiante de psicología: la desvaneció a golpes y luego la tiró desde un séptimo piso

Cuando los policías subieron a inspeccionar el departamento de Jordana Belén Rivero, la hipótesis de un suicidio comenzaba a ser descartada: al abrir la puerta, forzándola, en medio de un gran desorden los agentes dieron con el hombre que la había empujado al vacío a la joven estudiante de psicología de 28 años, que murió al caer desde un 7° piso. 

Fue detenido preventivamente y el resto lo confirmaron los resultados de la autopsia. Los forenses determinaron que previo a la caída, la joven había recibido «varios golpes en el rostro» y que «cayó en estado de inconsciencia». El detenido, un hombre de 50 años, después de golpearla, la arrojó por la ventana. 

La caída ocurrió el lunes a las 7 de la mañana desde el balcón del departamento que Rivero alquilaba hace dos meses, en Salta entre avenida Luro y 25 de Mayo, en el centro de Mar del Plata. Dio contra una losa que sobresale desde el entrepiso, sobre la entrada al edificio. 

Los peritos confirmaron que Jordana Rivero no presenta las lesiones clásicas de haber puesto las manos para amortiguar el impacto, un reflejo usual, «lo que demuestra su estado de inconsciencia» al momento de golpear contra el cemento. 

El cuerpo de la joven presentaba el maxilar fracturado y escoriaciones en los brazos, según los forenses del Cuerpo Médico de la Policía Científica, que además establecieron que había aspirado sangre: indica que sufrió una hemorragia antes de la caída.

«Fue arrojada al menos inconsciente, los golpes ya de por sí eran mortales. Si hubiera quedado en el departamento seguramente igual hubiera fallecido, pero fue arrojada ya en estado de inconsciencia por eso es que no tiene posición de defensa, no se quebró los brazos», dijo el fiscal del caso, Fernando Castro, a medios locales. Contó además que al momento del hallazgo del cuerpo la víctima tenía un pantalón «a manera de bufanda» apretado alrededor del cuello.

La estudiante de psicología Belén Rivero fue asesinada por un hombre de 50 años en Mar del Plata.

La comisaría 1° está a doscientos metros del edificio. Los policías llegaron enseguida alertados por los vecinos. Al subir al departamento en el 7° piso, dieron con Bernardo Luis Baraj, de 50 años, oriundo de Ushuaia, donde en 2017 un chico de 15 años lo corrió de su casa con un cuchillo: le dio dos puntazos para defender a su mamá. Baraj, que estaba en pareja con la mujer, la estaba agrediendo.  

El fiscal intenta determinar qué tipo de vínculo mantenía con la víctima. Baraj, que fue detenido, se negó a declarar y fue acusado de homicidio agravado por mediar violencia de un hombre contra una mujer, femicidio. Por lo pronto, se cree que se habían conocido la noche previa.

«El departamento estaba desordenado», contó un investigador. Al llegar la policía al lugar, el hombre no podía salir porque Rivero había cerrado la puerta con llave, y él no la pudo encontrar. Fue alojado en la Unidad Penal 44 de Batán.

Al confirmarse que se trató de un femicidio, Ana María Hermosilla, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata​, donde estudiaba Rivero, se expresó para acompañar a familiares y amigos, y pidió acciones «urgentes». 

«Son los primeros días de marzo, y nos encontramos con una cifra alarmante: son ya 66 los femicidios registrados a nivel nacional en lo que va del 2020. Esta cifra muestra una realidad de violencia hacia la mujer que continúa vigente y requiere con urgencia la intervención del Estado como garante», reclamó.

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