Duhalde y Alfonsín, otro encuentro para tratar de unir opositores

Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín se ven con más frecuencia de lo que  cuentan. Una de esas veces fue este martes antes del mediodía en la sede del Movimiento Productivo en la calle Carlos Calvo.

No almorzaron porque los dos tenían otro compromiso agendado para comer, pero conversaron por lo menos durante dos horas.

Tanto el ex diputado nacional como el ex presidente, que estos días está agitando el fantasma del 2001, creen que los problemas («graves», según su calificación) no los resuelve un solo partido y que hacen falta acuerdos entre distintas fuerzas políticas.

Duhalde (que viajó a Salta a reunirse con Juan Manuel Urtubey) le ha dicho a Alfonsín (que a su vez se reunió con Felipe Solá, precandidato a presidente autolanzado por el PJ) que será necesario un cogobierno para después del macrismo. Alfonsín por su parte, le ha dicho que se necesitan acuerdos programáticos y que eventualmente también podría haber pactos electorales pero siempre atados a programas consensuados.

A la propuesta de un cogobierno Alfonsín no ha dicho que no, aunque por ahora su postura la acompañan militantes de a pie, sin cargos en Cambiemos, que hoy están desencantados.

A esa propuesta el hijo del ex presidente radical sumó la de una segunda transición, no de la dictadura como le tocó a Raúl Alfonsín, sino de lo que llama el paso «del atraso y el estancamiento al desarrollo».

Duhalde le ha dicho a Alfonsín que puede trabajar con eficacia estas ideas en su partido, el radicalismo, y con otras fuerzas. Y Alfonsín elogió a Roberto Lavagna, el nombre que el ex presidente peronista quiere impulsar para el 2019. Ambos lo reivindican como uno de los hombres que más confianza despierta en los argentinos por la tarea realizada después del 2001.

Alfonsín no ha roto lazos con la UCR, aunque cuestiona a su conducción y el acompañamiento a la gestión de Mauricio Macri, pero, anticipó, no piensa acompañar en el 2019 «aunque el partido lo decida, proyectos que crea que no son buenos para el país».

Casi como un enviado especial, Alfonsín habló de estas cosas tanto con Solá como con Margarita Stolbizer y el gobernador socialista Miguel Lifschitz.