Hace 15 años atrás pocas (¿alguna?) personas hubiesen augurado para Germán Adrián Ramón Burgos (48) un futuro tan destacado en el universo fútbol. Un futuro que desde hace un tiempo y hasta hoy es presente y que lo encuentra como ayudante, acaso confidente, de Diego Simeone, entrenador del Atlético Madrid.
El Mono es un personaje que trasciende su exitosa carrera como futbolista en el puesto de arquero. Dejó su huella en River, donde ganó cinco títulos locales (Aperturas 1994, 1996, 1997 y 1999, y Clausura 1997), una Copa Libertadores (1996) y una Supercopa Sudamericana (1997). Luego se dedicó a componer y cantar canciones de rock, afrontó un diagnóstico de cáncer en 2003 y hoy es considerado como el bastón del Cholo en el Aleti.
En este contexto fue entrevistado por Pedro Simón para la revista española Papel, charla de la cual se reproducen las frases más destacadas.
• Sobre su primer recuerdo con la pelota. «La ansiedad de querer tenerlo. Yo soy hijo único y necesitaba sí o sí algo con lo que entretenerme. Sobre todo los días de lluvia. Jugaba con todo: todo es pelota. Por eso el fútbol es el deporte del pueblo. Agarrás un papel arrugado y ya podés jugar. Una media de tu mamá… Andá a los otros deportes. Andá al tenis, andá al básquet, no podés…»
• «Mi abuela siempre decía que si hubiésemos comido menos seríamos millonarios… Porque comíamos como dos familias. Mi viejo cuatro platos, yo tres… Una locura»
• «Yo con siete años jugaba de portero y de central. Había dos grupos. En uno estaban los chicos de Boca Juniors, que eran más grandes, y luego estaban los de mi edad. Si yo iba sin mi camiseta de River los más grandes me dejaban jugar. Con ella puesta no me dejaban. Ellos me hicieron más de River»
• De no haber sido futbolista a mí me habría gustado ser mujer de futbolista
• Sus primeros pasos. «Los clubes me venían a buscar pero yo tenía que terminar el colegio. Ferro en esa época tendría 56 mil socios. Impresionante. Y vino a por mí, yo tenía 15 años. Mi vieja lloraba y lloraba y lloraba porque no quería que me fuera. La distancia entre Mar del Plata y la Capital Federal eran 400 kilómetros. Mi viejo me dijo: ‘Por mí andáte…’, pero la cuestión era qué hacíamos con la gorda… Entonces, con el pasaje en la mano, lo rompí. Le dije: ‘Llorá este año, vieja, al año que viene me voy’«
• Anécdota de su primer contrato. «El vicepresidente (de Ferro) estaba leyéndome el contrato: ‘El jugador tendrá un departamento de tres ambientes, bla, bla, bla’. Y mi padre salta por detrás: ‘Con uno de dos está bien’. Yo lo miré y quería matarlo. El viejo me comió un ambiente. Yo le pregunté que por qué. Antes de amasijarlo y hacerle un bollo de papel, me dijo: ‘. Después vino a dormir. Y yo tenía una habitación, el comedor, una cocina, el baño y el balcón. Entonces lo hacía dormir en el sillón: ‘¿Querés descansar? ¿Te duele la cintura? Ramón, viejo, te toca el sillón. Eso es porque me sacaste un ambiente’«
• Su relación con Simeone. «Creo que nos conocemos desde toda la vida. Estuvimos ocho años comiendo juntos en el Atlético de Madrid. Y de entrenador. Yo levanto la vista y ya sé lo que va a decir, por qué está preocupado. Y él conmigo igual. Es una simbiosis importante»
• «Mi papel es decirle la verdad: están para jugar éste, éste y éste»
• Lo que aprendió con Carlos Griguol. «Carlos fue esencial en mi adolescencia. Te vas a vivir solo, muy joven. Y vas mal si no tenés un tipo con ese criterio que te diga: ‘Muchachos, no se compren un auto con la primera plata; cómprense un departamento’. Los que no le hicieron caso a Griguol o a Luis (Aragonés) no llegaron…»
• Sobre cuál de las finales de Champions League perdidas ante Real Madrid le dolió más. «Las dos… Las dos, las dos. Pero es el mismo efecto que cuando sales campeón, sólo que al revés: en mí no dura nada»
• Sobre cuando le informaron que tenía cáncer. «El otro día una señora mayor me recordaba lo que le dije cuando a ella le contaron lo de la enfermedad. Le dije: ‘No te cagués, enfrentáte al espejo y décile al que tenés delante que vas a ganar’. Me miraba la señora. Ya tiene pelo y todo… A mí me viene mucha gente con cáncer. La gente quiere esperanza. Que alguno salga. Cuando estás del lado de los blancos, con la bata blanca, es complicado. Cuando te llevan al quirófano y ves las luces, y te dice el camillero, como me dijo a mí: ‘Aquí el que te va a operar es del Madrid, eh’. Complicado, complicado»
• Sobre si tuvo miedo. «No. Al contrario. Me escapé de la Clínica Cemtro, no terminé la recuperación, iba con el suero para arriba y para abajo. Uno de los pibes, por el pasillo, me dijo: ‘Te agradecería que fueras a ver a mi papá, le quedan horas, es del Atlético de Madrid, si le puedes decir algo’. Fui, me senté con él, hablamos, en ese momento te sientes alguien»
• Sobre si hay algo que haga especialmente bien. «El amor…», dijo entre risas y agregó: «Y eso ponelo»
• Sobre si cree en Dios. «Hay algo. Me encantan los marcianos. Pero no le dan bola a los marcianos… Yo fui a misa hasta que tenía que ir, cuando vi que en la iglesia mía el agua bendita la sacaban de la canilla con 14 o 15 años»
El entrevistador expresó: Alfonso Guerra decía que él era un buen número dos porque nunca había querido ser número uno. ¿Tú querrías ser número uno?
Burgos: «Seguramente»
El entrevistador: Entonces no eres un buen número dos…
Burgos: «De los números dos soy el uno…»
El entrevistador: ¿Te gustaría entrenar al Atleti?
Burgos: «Invariablemente. Y, si se tiene que dar algún día, se van a dar las cosas naturalmente»