Beatriz Sarlo: «El de Macri será recordado como un gobierno de promesa frustradas porque eran imposibles»

A horas del triunfo de Alberto Fernández en primera vuelta de las elecciones presidenciales, Beatriz Sarlo analizó los cuatro años de Mauricio Macri en el poder y también mostró su ilusión -y sus preocupaciones- para lo que ocurra a partir del 10 de diciembre. «El de Macri es un gobierno de promesas frustradas porque eran imposibles», dijo la ensayista, que calificó como «mal presidente» al referente de Juntos por el Cambio​.

«El de Macri será recordado como un gobierno de promesas frustradas porque eran imposibles», analizó Sarlo, que fue dura al caracterizar los cuatro años del ex jefe de Gobierno porteño en la Casa Rosada.

«Macri fue mediocre presidente en todos los aspectos. Y tuvo funcionarios que no estuvieron a la altura de lo que necesitaba la Argentina en ese momento. Eso lo convierte en un mal presidente», expresó la experta en Letras en «LNE» (A24).

Luego profundizó sus ideas: «Nadie quiere ser un mal presidente. Él era un político muy mediocre y tuvo funcionarios muy mediocres. (Alfonso) Prat Gay fue enviado en ómnibus a la Patagonia por Marcos Peña para renunciar. No es el estilo de Macri, pero se hizo bajo su gobierno. Y finalmente un presidente es responsable de los funcionarios y de las torpezas que hacen bajo su gobierno».

Al referirse a la realidad económico-social en que se realiza la transición, la autora de «Escenas de la vida posmoderna» aseguró que la herencia que recibe Alberto Fernández es peor que la que recibió Macri en 2015.

«Alberto recibe una situación económica más grave que la que recibió Macri. Alberto hace bien en decir que la situación es muy grave, no tiene que ocultarlo. Macri lo ocultó, porque tenía a Durán Barba, que le decía que tirara buenas ondas. Macri ocultó la gravedad de la situación. Y la de hoy es más grave. Alberto no tiene que ocultar eso, de lo contrario se lo van a cobrar», afirmó la pensadora, que en reiteradas oportunidades fue crítica del papel de Marcos Peña.

Definió esta situación como «una crisis social que el país nunca conoció» y comparó con lo que sucedía en su juventud.

«En los años sesenta no nos sentíamos parte de Latinoamérica. Además de creernos más de lo que éramos, era porque nuestros indicadores sociales no daban de Latinoamérica. Hoy el analfabetismo, la pobreza, se parecen a Latinoamérica», advirtió.

A la hora de una posible salida, destacó la posibilidad de un «pacto social» aunque también marcó sus límites: «La idea de pacto social funcionó brevemente, en 1973. Indicaría una capacidad de diálogo entre asociaciones civiles, sindicatos, empresarios. Porque los empresarios tampoco quieren que se caigan 42 pymes por día, eh. Es una circunstancia en la que podría armarse un cierto tipo de pacto social. Pero es muy difícil, primero porque los pactos en la Argentina saltan por los aires».

La elección de Alberto Fernández

«Alberto consolidó votos propios. La gente se cansaba de repetir que Cristina tenía el 30 por ciento de los votos, que eso era su piso pero también su pecho. Entonces, hay que ver que Alberto logró votos que ella no podía conseguir. ¿Quiénes se los mandaron? ¿Los reyes magos? Un candidato en campaña algo opera sobre la sociedad».

La elección de Mauricio Macri

«Su campaña fue eficaz en el ultimo tramo para convocar ciertas voluntades que estaban dormidas. Se puso muy emotivo en el último tramo de la campaña. Esos abrazos al vacío, que a uno pueden no gustarle como gestualidad política, tienen su efecto emotivo. Y el acto (de la 9 de Julio) fue muy grande: compromete no solo a los participantes sino también a quienes lo ven por televisión. Pese a lo que dijeron en jefatura de gabinete durante todos estos años, hay viejas formas de hacer política que ellos descubrieron al final, ya llegando a la línea roja de la definición. Son viejas formas de hacer política que funcionan, por lo menos, en la Argentina o en algunos países de América Latina. Son países que conservan formas carismáticas de la política. Y la campaña de las redes tuvo menos efecto de lo que prometían«.

El «temperamento» de Alberto F. y el «dedito» acusador

«Hizo una campaña con errores que tienen que ver con su temperamento. Ahí juzgo la política con cierta amplitud: prefiero un candidato que muestre su temperamento a un candidato que lo esconda y lo muestre cuando sea presidente. Es calentón, salta cuando se lo toca; ahora ya estoy enterada. Los gestos de una persona de 60 años como Alberto, no los aprende de Cristina, los aprendió antes. El gesto del dedito le pertenece. No está disfrazado de Virgen de Luján y después aparece un San Jorge vengador. Manifestó toda su personalidad; le habrá costado votos, sin lugar a dudas le costó críticas».

El futuro de Cristina Kirchner

«Si los anticristinistas esperaban que se sacara el manto rojo y apareciera en cadena, en el acto del domingo estuvo moderada. Hay una frase de Sartre: ‘se puede curar una neurosis y no cambiar un temperamento’. Cristina es un temperamento. A todo político y ser humano le doy la oportunidad de ciertos cambios. Hay que ver cómo quiere hacer Cristina el último capítulo de una vida. Último capitulo no quiere decir retiro. En el ultimo capitulo das la pelea, aunque tengas 80 años. Sos protagonista».

La figura de Marcos Peña

«Lilita dijo que se retira de la política y ella fue la que armó Cambiemos. Y (Ernesto) Sanz, el otro fundador, también afuera. Bueno, a Sanz lo sacaron a patadas de la Casa Rosada, nunca le sirvieron ni un mate. Eso marca el sectarismo con el cual se manejó la dirección de Marcos Peña. El maltrato al que sometió a radicales fue notable. Fue un sectarismo extremo».

El futuro de Macri

«¿Si me lo imagino a Macri como líder de la oposición? La respuesta queda también abierta del lado de los radicales. ¿Van a seguir ofrendando el partido de Alem y Alfonsín a un gobierno de caracter liberal conservador, que nunca fue su tradición? Storani y Ricardo Alfonsín ahora no están de acuerdo. El futuro de Cambiemos y de Macri depende también del radicalismo. Para Cambiemos sería un golpe fuerte si los radicales dicen ‘nos apartamos de este experimento en el que nuestra voz ni siquiera fue escuchada'»

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