Un par de llamativas marcas aparecieron el viernes por la mañana en el patio de una vivienda familiar sobre la calle Lope de Vega al 800. Para los dueños de la vivienda, no hay una explicación razonable para los rastros.
Dos marcas que tienen cierto parecido con las pisadas de las aves, aunque de tamaño bastante mayor, aparecieron en el patio de una vivienda santarroseña. Están una junto a la otra, a unos 10 centímetros de distancia, en la misma orientación. No hay marcas similares en el resto del patio.
Se las ve con claridad en el suelo removido del patio. La dueña de casa las tapó con una chapa para preservarlas ante la curiosidad que generaron entre sus parientes y algunos vecinos.
Teresa, la dueña de casa, las encontró a primera hora de la mañana del viernes en el fondo de su extenso patio, que en este caso llega hasta el corazón de la manzana. Según contó a LA ARENA -a quien convocó luego de anoticiar a varios integrantes de su familia y coincidir todos ellos en lo extraño del caso- esa noche escuchó unos ruidos raros entre las 2 y las 3 de la madrugada. “Eran como ruido a papel celofán”, recordó. Los ruidos venían desde el fondo del patio, donde a la mañana siguiente aparecieron los rastros.
Su primera sospecha fue que alguien quería robarle unos embutidos que tenía oreando en el patio. Pero no. A la mañana, cuando salió al, encontró los embutidos donde los había dejado y al rato se percató de las “pisadas”, como las llama ella, en el fondo del patio.
“El día anterior (el jueves), mi hijo rastrilló toda esa parte del patio y quedó bien limpito y rastrillado”, relató. Ello favoreció la apreciación de las marcas, que están junto a un retoño de un frutal y al lado de un sector donde hay unos perros. “No recuerdo si escuché ladrar a los perros”, indicó Teresa.
Cabe señalar que el patio de Teresa es un verdadero zoológico, con grandes jaulas donde conviven codornices españolas con codornices australianas, muchas jaulas con canarios y pequeñas aves, y un gran jaulón donde se encuentra un águila. Para la dueña de casa, la presencia de esos animales no tiene relación con las marcas.
“Mi sobrina estuvo buscando en internet y no encontró nada parecido”, comentó la dueña de casa, que descartó de plano que las improntas hayan sido producto del trabajo de rastrillaje que hizo su hijo. “Vino mucha gente a verlas y nadie les encontró explicación”, acotó.
Fuente:La Arena